To the depths of the ocean where all hopes sank
Joy Division
Recuerdo que unas noches antes dudó que el plan fuera a resultar, esa ocasión tuvimos una fuerte pelea. Me había mentido. Cierto, era una mentira blanca, mintió con respecto a dónde había estado unas noches antes, unas horas ¡Pero me había mentido, entiendes!, y lo hizo para ocultar cosas peores. Nunca había hecho algo así antes, aquella fue la primera de muchas. A veces no sé si hice bien en perdonarlo.
Me defraudó porque yo confiaba en él y nunca le mentí; echó abajo la confianza adquirida durante los meses de noviazgo. Yo no sabía: Focko y Morgan tuvieron un pleito escandaloso, Morgan la prestó la changa y mis papás se enojaron mucho porque la sacó de noche de la pensión para llevársela quién sabe a dónde; iba Crog también y fueron por Neko más tarde. Focko y Morgan se gritaron tanto en la sala que se les barrió la lengua. Luego Crog y Bárbara hicieron aquella escena. Esa noche Neko debía confesarme lo que había hecho.
Para mí, Focko fue el detonante… Focko y la clamidia, cada uno por su lado, porque nunca los juntó (nunca juntó a esa zorra con nadie); Neko siempre creía en ellos porque en eso es muy estúpido y confía en que las personas tienen un lado bueno. Crog contribuyó porque contó muchos chismes los meses anteriores, rumores que dañaban la reputación de Neko, rumores que no tenían nada que ver con las porquerías que sí hacía.
Aquella noche llegó a tu casa y marcó al teléfono para ver cómo solucionaría el problema conmigo. Habló y hablé. Estuvimos cuarenta minutos conversando por celular sin llegar a ninguna solución, al contrario. El pleito se hizo peor cuando me dijo que había salido unas horas «a dar una vuelta» con ese par de zánganos mientras yo, de pendeja, creía que ya estaba dormido. ¡Sí lo había hecho… y me lo negó durante semanas!, mas la verdad le estalló en la cara, como siempre; nunca puede ocultarme sus mentiras por mucho tiempo. Perdí la confianza en él. Después lo perdoné, sí, pero no olvidé que me quiso ver la cara.
Por ejemplo, desde el principio supe que su sueño repentino y los mensajitos misteriosos del celular eran porque me ponía el cuerno, cuando buscaba a su “amiga”, la Plug, “sólo para platicar” hasta el amanecer. La primera vez, tu mamá me llamó preguntando si no sabía dónde había estado su hijo toda la noche porque no llegó a dormir. Yo le dije: «Señora, soy hija de familia, mis papás no lo permitirían», mi error fue dejarlo hacer su voluntad, no dije nada, no luché por alejarlo de la clamidia desde un principio, ahora me culpo porque esa puta casi le come el alma completa.
Pero volvamos al tema. Tras nuestra discusión la víspera, Neko decidió tomar en serio el plan. Fue toda la situación la que le dio el coraje para hacerlo, deprimido sin duda por culpa de la clamidia que en ese entonces movía todos sus hilos. El resto sería mejor que lo contara él, yo ya me desahogué, no quiero seguir escribiendo.
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